Colón volvió a perder, esta vez ante Temperley, y Andrés Yllana dejó una frase en conferencia que retumbó fuerte en Santa Fe: “La semana que viene va a ser para tomar decisiones importantes”. Una declaración con peso, ambigua en el papel, pero cargada de señales si se la analiza entre líneas.
Desde aquí, propongo tres lecturas posibles que explican a quiénes podría haber apuntado el entrenador sabalero con sus palabras.
1. Un mensaje directo a la dirigencia de Colón
La primera lectura apunta directo a la comisión directiva. Hoy, el cuerpo técnico necesita respuestas. Yllana pidió refuerzos, y aunque llegaron tres —Castro, García y Soto—, no es suficiente. El cuarto refuerzo que pretende, el extremo Alan Sosa, parece estancado por cuestiones económicas. El DT lo quiere sí o sí. No se trata de capricho: se trata de jerarquía y profundidad.
Además, el caso Alan Forneris tensiona la interna. Racing volvió a la carga para comprarlo y Colón, con la soga económica al cuello, evalúa venderlo. El volante es titular, joven y uno de los pocos con visión de juego. Venderlo hoy es debilitar al equipo en pleno torneo.
Por eso, Yllana alza la voz. Su frase también es un mensaje dirigido a Iván Moreno y Fabianesi: hay que moverse, cerrar el mercado con decisión y mostrar que el club quiere pelear el ascenso.
2. Un tirón de orejas al plantel de Colón
La segunda lectura cae sobre el grupo. «Dejamos de luchar», dijo el entrenador. Y cuando un DT habla de lucha —no de táctica ni de errores puntuales— está marcando una carencia de entrega. Una alarma interna.
Yllana lo advirtió: hay jugadores que no están comprometidos como deberían. No se trata solo de fútbol, se trata de carácter. El DT ya empezó a meter mano: cambió medio equipo ante Temperley. Y puede seguir ajustando si ve actitudes tibias.
No es un secreto que el plantel todavía no encontró identidad. Y ese déficit, a veces, se paga con derrotas dolorosas. Como esta.
3. Una advertencia personal: si esto no cambia, me voy
La tercera conjetura —más sutil pero no menos real— es que el propio Yllana empieza a medir su continuidad. No lo dijo explícitamente, pero en su tono hubo desgaste. Y al remarcar la necesidad de tomar decisiones importantes en la semana, dejó abierta una puerta.
El entrenador no es de los que abandonan el barco. Viene de ser campeón de la Primera Nacional, pidió jugadores por los que el club hizo un esfuerzo. Pero también sabe que en el fútbol los ciclos pueden quebrarse rápido. Si la respuesta no llega desde la dirigencia ni desde el vestuario, podría replantearse todo. El próximo partido ante Nueva Chicago puede ser clave.
¿Y ahora?
Las declaraciones de Yllana fueron el primer sacudón serio desde que asumió. No es solo una derrota más. Es una señal de que algo no está funcionando. Y cuando el técnico siente que no lo escuchan, lo dice. Lo deja claro. Y pone condiciones. No para generar conflicto, sino porque está convencido de que así no alcanza.
Colón tiene plantel para más, pero necesita orden arriba, compromiso en el medio y reacción abajo. Yllana aún no se fue, pero ya avisó: el margen se acorta.
