La llegada de Andrés Yllana al banco de Colón no solo representa una nueva etapa para el club, sino también la continuación de un recorrido personal y profesional que comenzó bien lejos del centro del fútbol argentino. Nacido en la Patagonia, con un carné de la Liga del Valle de Chubut en el bolsillo, Yllana fue forjando su camino desde Germinal de Rawson hasta el fútbol europeo, dejando huella en cada paso.
De Germinal al Lobo: los cimientos del sueño
Los primeros recuerdos futboleros de Yllana están ligados a Germinal de Rawson, donde su talento fue evidente desde joven. Luego pasó por las inferiores de Newell’s Old Boys, pero rápidamente regresó al club patagónico para disputar el Torneo del Interior en 1993. Fue allí donde sus condiciones despertaron el interés de Gimnasia y Esgrima La Plata, club al que se incorporó ese mismo año y donde viviría una etapa inolvidable.

Bajo la conducción de Carlos Timoteo Griguol, Yllana fue pieza clave en los equipos de Gimnasia que pelearon campeonatos en la década del 90, logrando tres subcampeonatos. Mediocampista de gran presencia, buena técnica y despliegue físico, también fue convocado a la Selección Argentina por Daniel Passarella, abriendo la puerta a su experiencia internacional.
Brescia, Guardiola y un regalo inolvidable
En 1999, Yllana fue transferido al Brescia de Italia, que militaba en la Serie B. Allí fue clave para conseguir el ascenso a la Serie A. Y en esa etapa le tocó compartir mediocampo con figuras como Roberto Baggio, Andrea Pirlo y Pep Guardiola. Con el catalán nació una fuerte amistad. “Era muy preguntón, quería saber de todo, incluso de Rawson y del fútbol argentino”, contó Yllana en el libro Che Pep, que repasa los vínculos del actual DT del Manchester City con Argentina.

Antes de irse a la Roma, Guardiola le dejó una camiseta firmada que decía: “Yo tuve el placer de jugar con vos. Con mucho afecto, Pep”. Un gesto que marcó para siempre a Yllana, quien recordó: “Sin dudas, una gran persona”.
Un golazo a Boca y el llamado de Maradona
El 28 de marzo de 1999, Yllana convirtió uno de los goles más recordados de su carrera. Fue ante el Boca de Bianchi, en cancha de Vélez. Clavó un zurdazo al ángulo desde el borde del área, dejando sin chances a Córdoba. El partido terminó 1-1 tras el empate de Riquelme, pero el gol fue tan impactante que Maradona lo llamó días después para felicitarlo. En la charla, el Diez le deseó suerte en su carrera y lo animó a seguir creciendo.
Hoy, Yllana llega a Colón luego de un breve paso por Aldosivi, con un perfil ofensivo, intenso y un pasado que inspira. Desde Rawson al mundo, y ahora en Santa Fe, buscará escribir un nuevo capítulo en su rica historia futbolera.
