A pesar del resultado positivo, el equipo dirigido por Lionel Scaloni sigue sin demostrar la fluidez en el juego que el equipo necesita para sacarle una luz de ventaja a su rival. Este martes nuevamente le volvió a costar y, por momentos, fue superado claramente por la selección de Chile, en el partido correspondiente a la fecha 2 de la Copa América. La Selección Argentina logró imponer su estilo de juego en buena parte del partido, pero no lo dominó de manera convincente. Las transiciones fueron lentas y el equipo se mostró descoordinado en varios trayectos del partido, lo que permitió al conjunto de Gareca generar peligro y mantener el duelo abierto hasta el final.

En esos momentos del encuentro donde Argentina no tenía la pelota, fue el Dibu Martínez –que en más de una oportunidad demostró por qué es uno de los mejores arqueros del mundo– el encargado de mantener el arco del cero, transformándose en una pieza clave para sostener la ventaja mínima.
Lo más rescatable fue el gol, no solamente por la importancia y por la clasificación a los cuartos de final, sino porque lo hizo Lautaro Martínez, un jugador que vive y que necesita del gol.
Con la clasificación asegurada, Argentina tiene tiempo para trabajar y corregir los aspectos negativos mostrados en estos primeros dos partidos. Scaloni deberá encontrar la manera de darle mayor coordinación y fluidez al equipo, potenciando el talento de sus figuras y asegurando un rendimiento más consistente.
Los cuartos de final serán una prueba de fuego para medir las verdaderas aspiraciones de la albiceleste en este torneo. Previo a eso, tendrá por delante a un Perú –que perdió frente a Canadá– y todo indica que será un partido de «transición» en una competencia donde Argentina es firme candidato a quedarse con el título: por ahora, es por el nombre, no por el juego.