Unión volvió a tropezar en la Copa de la Liga y esta vez fue Tigre el que aprovechó sus falencias. El 1-0 en Victoria, con gol de Nehuén Paz, reflejó la falta de efectividad y los errores de un equipo que sigue sin encontrar su mejor versión.
Al igual que en las tres fechas anteriores, el Tatengue tuvo un primer tiempo flojo, sin intensidad ni juego claro. El planteo inicial del Kily González, con un 5-3-2, volvió a dejar un equipo largo, sin conexiones y con poca presencia ofensiva. Unión prácticamente no inquietó a Tigre y terminó pagándolo caro.
El Kily reaccionó y el equipo mejoró, pero no alcanzó
Para la segunda mitad, el entrenador ajustó el esquema y pasó a un 4-4-2, una decisión que iba a tomarla en la previa pero no la optó. Los ingresos de Franco Fragapane, Ezequiel Ham y Julián Palacios le dieron otra dinámica al equipo, que tuvo mayor presencia en campo rival y más ambición para buscar el empate.
Unión mostró una cara completamente diferente, generó varias situaciones claras de gol y dominó a Tigre en varios pasajes del complemento. Sin embargo, la falta de puntería y la falta de contundencia le impidieron llevarse al menos un punto. Lo hecho en el segundo tiempo dejó la sensación de que Unión no mereció perder, pero en el fútbol los errores se pagan caro. Aún con la expulsión de Thiago Cardozo.
El Kily González acertó con los cambios y el ajuste táctico, pero los errores del primer tiempo pesaron demasiado. Unión sigue sin ganar y la preocupación crece.
