Desde su llegada a Unión, el Kily Cristian González demostró una capacidad inquebrantable para motivar y dirigir a su equipo. A pesar de enfrentar un mercado de pases complicado, con el equipo inhibido y bajas sensibles, el DT supo maximizar los recursos disponibles y convertir al Tatengue en un equipo competitivo.
Uno de los pilares del éxito del equipo es su imbatibilidad en el estadio 15 de Abril. Unión no perdió ni un solo partido como local, convirtiendo su estadio en un verdadero fortín.
Una de las características más destacadas del equipo de González es su notable rendimiento en los segundos tiempos. Cuando otros equipos suelen decaer, Unión encuentra su mejor versión. Esto habla del carácter y la preparación física que el preparador físico Damián Hernández logró inculcar en los jugadores. Unión es el equipo que más ha crecido en los tramos finales de los partidos, demostrando una fortaleza mental y física envidiable.
El camino de Unión no fue fácil. Durante gran parte del campeonato, el club estuvo inhibido en el mercado de pases, lo que impidió incorporar refuerzos de calidad. Además, las bajas sensibles en el plantel obligaron al Kily a trabajar con lo que tenía, sacando lo mejor de cada jugador. Esta situación, que podría haber sido un obstáculo insuperable, se transformó en una oportunidad para demostrar que, con trabajo y compromiso, se puede superar cualquier adversidad.
Con Unión peleando en la parte alta de la tabla y soñando con la Libertadores, el futuro bajo la conducción del Kily González promete ser esperanzador. El equipo mostró una mejora constante y, si logra mantener el nivel, el objetivo de clasificar a la Libertadores estará más cerca que nunca.
